Cursos de prevención de riesgos laborales seguridad privada; RIESGOS BIOLÓGICOS DEL TRABAJO CON PERROS

El trabajo con animales conlleva una serie de riesgos que, siguiendo una serie de pautas, son fáciles de evitar. En este capítulo vamos a tratar aquellas actividades en las que se trabaja con perros, rondas de vigilancia. Los riesgo a los que se expone el trabajador, son:


1.      Enfermedades infecciosas o parasitarias, que pueden transmitirse al hombre en contacto con el animal, llamadas zoonosis.
2.      Accidentes. Se entiende como accidentes los posibles ataques (mordeduras y arañazos).

ZOONOSIS

El trabajar con perros puede conllevar una serie de enfermedades (llamadas zoonosis) que el perro puede transmitir. Como son:

Los parásitos externos, garrapatas y pulgas, pueden infestar al animal y por el contacto directo, que representa el trabajar en su compañía, puede provocar la infestación del trabajador. Estos parásitos pueden causar: molestias, dermatitis alérgica, algunas enfermedades (principalmente, las garrapatas).

Para comprobar la existencia de estos parásitos hay que revisar el pelaje y la piel del perro, observar su conducta (si se nota decaído o débil) y ver sus reacciones (si se rasca o mueve bruscamente). Para evitarlos se debe desparasitar al perro periódicamente, mantener una limpieza adecuada (del animal y del recinto donde duerme, come, etc).

Los parásitos internos, gusanos intestinales, de los perros pueden ocasionar graves daños en las personas. A través de las heces, el animal afectado elimina huevos de parásitos. Estos huevos quedan en el suelo o en el pelaje del perro y pueden sobrevivir y transmitirse a otros animales y al hombre. Los huevos pueden ubicarse en cualquier lugar del cuerpo (pulmones, riñones,...), provocando enfermedades.

Infecciones causadas por hongos que se alimentan de la piel y el pelo. Aparecen lesiones típicas en la piel del perro, con una o varias zonas sin pelo (apolíticas), acompañadas de caspa, costras y enrojecimiento,... Produce picor en las personas.

Rabia, enfermedad que afecta el sistema nervioso de animales y personas, es mortal. La prevención, consiste en la anual vacunación del animal.

Medidas preventivas: Es fundamental, mantener un estricto control de identificación y seguimiento; así como tener actualizada y correctamente cumplimentada por un veterinario la cartilla sanitaria. En esta cartilla deben  constar todas las vacunaciones efectuadas y en que fecha deben efectuarse las siguientes. Y cumplir con un plan de desparasitación.

Los perros han de estar sanos, contar con los cuidados necesarios y una alimentación equilibrada. Llevarlos periódicamente al veterinario para que compruebe su estado y evitar cualquier enfermedad.

Además, el trabajador debe adoptar hábitos de higiene personal:
       Evitar mordeduras y arañazos.
       Lavarse las manos frecuentemente, especialmente antes de comer, beber, fumar,...
       No dar carne cruda a los perros, puede ser la causa de la infestación.
       Retirar inmediatamente las heces de los perros.
       Llevar, al animal, regularmente al veterinario, para que compruebe el estado de salud general, le administre las vacunas correspondientes y le recete el antiparasitario adecuado.

ACCIDENTES

La principal causa de accidentes provocados por perros, son las mordeduras o arañazos que este puede causar como consecuencia de un ataque al trabajador. Las causas pueden ser:
-          Por las características propias del perro, puede ser especialmente agresivo.
-          Adiestramiento inadecuado, provoca desequilibrios en el perro y/o falta de control por parte del trabajador.
-          Si el trato del trabajador con el perro no es adecuado puede provocar reacciones agresivas. Por lo tanto, será importante que el trabajador tenga experiencia y formación en el trato con estos animales. No maltratarlos o incordiarlos.

Tanto el trabajador como el perro deben conocerse para desarrollar eficazmente la tarea que se ha encomendado. Tenga en cuenta que los animales, al igual que las personas, responde de forma distinta ante los mismos estímulos, por ello, es importante conocer un poco al animal antes de empezar la ronda o el trabajo y así poder detectar con suficiente antelación cualquier anomalía en su comportamiento.
Cualquier comportamiento anómalo o estado anímico o físico del perro que observe extraño debe consultarse con el veterinario y/o adiestrador. Igualmente, si observa que no es apto para la tarea o muestras conductas desordenadas o peligrosa.



Recuerde...
§         El perro no está para jugar, incordiarle o maltratarle.
§         Los perros deben estar adecuadamente amaestrados y deben tratarse adecuadamente en función de este amaestramiento.



VIGILANCIA CON PERROS ADIESTRADOS

En los trabajos de vigilancia donde se utilicen perros adiestrados, se deberán tener en cuenta las siguientes consideraciones:
§         La primera vez que se va a trabajar con un perro, es importante comprobar su adiestramiento ordenándole algunas acciones fáciles para cerciorarse de que las cumple. Algunas de estas órdenes pueden ser: andar al lado, echarse y acudir a la orden.
§         Al dirigirse al animal, hacerlo siguiendo el plan de entrenamiento, este plan no debe cambiarse nunca.
§         El perro se lleva siempre en el lado contrario al que se encuentra el arma reglamentaria.
§         Para facilitar los movimientos en caso de actuación, la correa se llevará holgada, entre 1 y 1,5 metros de distancia.
§         La correa se lleva bien sujeta, pero no atada ni liada en la mano, evitando que, en caso de peligro, cuando el perro responda con un tirón, provoque alguna lesión al trabajador.
§         En aquellos servicios que se permita trabajar con el perro suelto, nunca se deberá perder a este de vista.
§         Solamente el personal autorizado deberá tratar al perro. En caso de presencia ajena, el perro deberá estar siempre a las órdenes del mismo vigilante, impidiendo el contacto con otras personas.
§         Si el servicio se realiza en la vía pública, el perro siempre irá atado y con bozal, respetando los puntos anteriores.
§         En caso de actuación, observar la reacción del perro, este debe proceder según el adiestramiento, reteniendo y controlando al agresor. Una vez reducido se tranquilizará al animal.

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