Conciliación entre vida laboral y familiar

Los tiempos que corren han cambiado, con su tren de vida exageradamente rápido, las escalas de valores en lo que a la actividad laboral se refiere. Hoy en día, la meta más repetida entre los trabajadores es lograr el equilibrio perfecto entre la vida laboral y la vida familiar o personal.

“Trabajar para vivir o vivir para trabajar” parece ser la frase que más presente tenemos los últimos años. Los desórdenes de tipo mental y emocional son más frecuentes que nunca y saber mantener un equilibrio razonable entre el trabajo y la vida personal es, hoy más que nunca, todo un reto.

Esta tarea titánica y no siempre fácil –de hecho, casi nunca fácil- encuentra un poderoso aliado, según los últimos estudios, en la inteligencia emocional.

Desde el punto de vista de la empresa, el empleado trabaja mucho mejor cuando está contento y se encuentra en un entorno agradable y confortable. No es, por tanto, descabellado asegurar que para la empresa es altamente rentable invertir en el bienestar del empleado.

En este sentido resulta crucial impulsar, en la relación de la empresa con sus empleados, la filosofía del “win-win”, que no expresa sino el acuerdo no escrito por el que ambas partes ganan con su relación.

Por otro lado, desde el punto de vista del empleado, trabajar en un entorno agradable y positivo aumenta considerablemente la percepción positiva de la misma actividad laboral y, por otra parte, garantiza que la repercusión o influencia de dicha actividad sobre la vida personal y/o familiar será, de existir, meramente anecdótica o incluso positiva.

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